A lo largo de mi vida he conocido infinidad de mujeres, pero ninguna con la seguridad de Doña Enemecia González, una mujer fuerte, decidida y con un gran amor por su cultura Lenca.
Una parada obligatoria es aldea El Cacao en Intibuca, queda a 25 minutos de La Esperanza, al llegar nos recibieron las jóvenes que trabajan con ella en el telar, muy amables y tímidas nos dieron un recorrido, rápidamente me explicaron lo importante que es aprender a tejer y realizar las diferentes piezas para luego distribuirlas en los diferentes puntos de venta.
Luego de explicarme el proceso llegó nuestra protagonista Enemecia, madre de 5 hijos desde los 20 años aprendió a tejer, definitivamente es una celebridad, empoderada, y orgullosa de sus raíces. Me recibió con un abrazo y mucho cariño. Desde muy joven empezó con su taller, fue su esposo quien le enseño a tejer y luego muy decidida emprendió su negocio, le enseñó a una de sus hijas y actualmente ella misma recluta a las jóvenes que desean aprender este hermosa tradición.
Ella continuará enseñando y formando porque es una persona impulsada desde sus raíces, su producto se destaca por su calidad, y si usted quiere un producto original, debe ir a comprarlo a la aldea El Cacao. La cultura de los telares se incrementa ya que es Enemecia quien ayuda a que la tradición continue.
Yo les enseñó y luego las dejó ir, para que se conviertan en mi competencia, hermosas palabras y me dejó un gran aprendizaje, lo importante es la semilla que dejas en los demás y lo positivo que haces con ella.
Pañuelos, ponchos, manteles, accesorios para el cabello, aritos y anillos, son algunas de los productos que venden, por supuesto los puedes encontrar en el mercado, el parque y en las diferentes ferias que se realizan en el país, ellas siempre se identifican por el pañuelo que portan en su cabeza, su amabilidad y los colores rosado, amarillo y verde.
Su mayor satisfacción es el trabajo, una pieza terminada y enseñar a los demás. Enemecia es una mujer inteligente y de negocios ya que no solo se dedica a los telares también a la agricultura ya que se deben tener varias opciones para sobrevivir.

Me siento orgullosa de conocer a mujeres como Enemecia González, que dejan un legado para el mundo, compartiendo su sabiduría para que el legado continue.

Que hermosos colores, que gran experiencia.
Hola Andrea, definitivamente es una hermosa experiencia.